Martin Pescador el duende de nuestros rios

Buenas a todos una jornadas mas de fotos, son las 5.00 de la mañana horario de verano es lo que me dice mi reloj biológico, pero mi despertador me indica que son las 6.00 horario de invierno, por todo esto del cambio de horario. Debo dirigirme al lugar y montar el hide en plena noche, el frontal es la luz que me guía, debo montar el equipo y camuflar lo antes posible, la luz del amanecer corre en mi contra y si no monto rápido, no tardaran en llegar. Os preguntareis que aves han roto mi sueño nocturno y tanto trabajo de campo, no son otras que mis queridas Damas negras, las cigüeñas negras, estas aves invernantes que por el otoño y el invierno les dedico muchas jornadas de fotos. Como su comportamiento es imprevisible, cuando puedo y el lugar me lo permite, monto unos de tantos posadero que voy acumulando en mi trastero para estas ocasiones. Se que el duende de nuestros ríos el Martin Pescador, no dejara pasar un buen posadero, colocado estratégicamente, un lugar donde lanzarse en busca de cualquier pescadito que su vista enfoque. El sol despunta en el horizonte, pero el valle queda sombreado, pero ya oigo su canto rio arriba y luego rio abajo, recorre sus lugares preferidos. Las primeras garcetas comunes llegan al lugar y desde el cielo  se deja caer una garceta grande en esos quiebros acrobáticos que tienen por costumbre  hacer las Ardeidaes, que nota algo que no le gusta y no tarda en emprender el vuelo. No dejo de mirar por las ventanitas de hide y en una de las ocasiones ahí esta, agitando la cabeza, mirando al objetivo, no hay apenas luz, el iso 640, la velocidad no me permitiría congelar su movimiento, no deja de mirar el agua y al hide, a los pocos segundos abandona el posadero. La mañana transcurre, el sol ilumina y calienta el valle, las cigüeñas negras no acuden al lugar, hoy han cambiado su lugar de pesca, se que por su comportamiento que apenas sin luz, ya acude a su lugares de preferencia en busca de su sustento. Miro el posadero y la luz va variando, los tonos cálidos de la mañana van desapareciendo, pero no me resisto a que el Martin vuelva y me alegre un poco la mañana. Un ruido inconfundible suena a mi alrededor, los busco y como un rayo viene directo a mi, su vuelo a ras de agua, en segundos esta aquí. Ahí esta, esta maravilla de ave, de espalda, la luz refleja los tonos azules de su plumaje, era el momento,era la imagen del día

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